Artículo Diario Burgos 26 de abril 2000
Conchita Ferrando gana el I premio de Poesía <<El Carnaval>> de Cartagena
Burgos.- La escritora burgalesa Conchita Ferrando de la Lama ha ganado el Iº premio de Poesía
<<El Carnaval>> convocado en Cartagena (Murcia) con una composición titulada
<<Con la máscara puesta>>.
La obra ha suscitado el interés de la Escuela de Teatro de Murcia que estudia
la posibilidad de efectuar un montaje teatral, combinando el verso con música y ballet,
basado en ella.
Conchita Ferrando de la Lama también ha sido seleccionada por Ediciones Pegamar
parte de la Antología Hispanoamericana <<Homenaje a Borges 2000>>.
Esta editorial también incluyó poemas de Conchita Ferrando en su antología
<<Homenaje a Alfonsina Storni, que ha sido ampliamente difundida, incluso por Internet.
La actividad de esta escritora continúa con publicaciones de artículos en revistas especializadas
y colabora con <<Biblioteca 2000>> de Sevilla.
Fue una gélida fiesta,
en Carnaval.
Hundiste tu puñal de blanco nardo
en la altiva
alzabara de mi pecho.
Brotó la sangre roja de la adelfa
y en el último aliento
de la tarde,
murió la luz del sol,
nació la noche.
Y yo me levanté con otro rostro
de misterio,
con la máscara puesta.
Mis pasos eran leves como el aire.
Vesti la túnica del Mare Nostrum.
Tomé el casco de Palas Atenea.
Dancé n el fuego de los Carnavales.
Me sentí poderosa e invencible.
Recorrí los castillos
y las chozas;
las calles,
los jardines y los templos
custodiados por muros inviolables.
La ciudad se hizo abierta
ante mis pasos
se entrego al Carnaval
y a sus hechizos.
Mi mano y mi antifaz
me hicieron libre.
Las cadenas del cuerpo se rompieron.
Los versos se apropiaron de la noche;
risas, quejidos,
susurros y canciones
formaron rojos círculos de fuego.
Ni alzabara
ni adelfa vulnerable,
alcé mi vuelo
de Sultana herda,
con los «mantos azules» de la sierra
con alas
de dragón y mariposa.
La fuerza subterránea de los ritos
extendió el sortilegio por la playa,
al vaivén de los besos del abismo.
Abrazados
los pinos y las Ninfas
cambiaron sus vestidos por cristales.
Desearon ser
roca milenaria;
explosión de destellos
minerales,
y volaron así hasta la bahía.
Quedaron en su puerto,
disfrazados
de faros luminosos en su costa;
de estrellas
y colinas en corona,
para dar a las máscaras su risa
y a las olas
la sal de su cintura.
¡Quiero seguir con mi antifaz!.
Soñando
con la danza del mar
a media noche
que libere la sangre de mi herida,
meciendo la palmera
de mi cuerpo
invisible, ligero e inmortal.
¡Que siga el Carnaval!
¡Que no termine!
Que el rostro de la luna se haga
nuestro, dejando el cielo
negro, de obsidiana,
roto, desnudo, ciego y en silencio,
robándole sus cantos a la mar…
Por Conchita Ferrando de Lama