Nana, nana, nanita,
se mece el río,
acuna entre sus aguas
al niño mío.
Duerme, dulce pequeño
en tu cuna de oro:
te alumbran las estrellas,
luz de mis ojos.
Nana en la charca verde
cantan las ranas.
Nana repite el eco
por las montañas.
Nana, nana, nanita,
dulce amor mío,
para arrullar tus sueños
cantan los grillos.
La noche clara
cubre los campos
engalanada
por los álamos blancos.
El viento frío
Duerme en silencio,
Funde el rocío,
Se apagan los luceros.
Rueda, Nana habanera
Por los senderos,
Que al calor de los musgos
Sueñan mis versos.
Hay en el bosque
Dos caracoles
Que por la noche
Encienden sus faroles.
Beben escarcha
Los peces rojos,
Y entre las cañas
Se iluminan sus ojos.
Rueda, Nana habanera.
Cuna de jaras,
Que vestirá en colores,
La madrugada
Original de Conchita Ferrando de la Lama
(Asociación Nacional de Escritores)